Microbiota y salud intestinal

La microbiota y salud intestinal lo son casi todo. 

El mundo de la Microbiota-Microbioma nos fascina, y también todo lo que rodea a este micro mundo. Nos hace replantearnos nuestra visión, percepción y comprensión del mundo, porque nos acerca a nuestra naturaleza y así podemos tomar mejores decisiones para con nosotras mismas, y los microorganismos que nos acompañan. Por eso nuestros esfuerzos se centran en promover una alimentación funcional y que satisfaga a nuestra parte humana y microbiana. 

Con esta noticia queremos acercaros, con datos científicos y noticias, a este maravilloso mundo que es la microbiota, desconocido, profundo y que se presenta como muy prometedor para la salud del ser humano y de nuestro planeta, porque microorganismo hay en todas partes, habitan en cada pequeña parte de este gran planeta, llevan aquí más tiempo que nosotros y aquí seguirán cuando nosotros ya no estemos.

NO estamos solos

Nuestra Microbiota forma parte de nosotros. Compartimos nuestro espacio corporal con muchos microorganismos que nos acompañan y con los que generamos sinergias que nos pueden beneficiar, o no. En otras palabras, depende del equilibrio y del estado en el que se encuentren, de cómo cuidemos de ellos y de nosotros, así será el estado de nuestra microbiota y salud intestinal.

Parece que el ser humano es la residencia de nuestra microbiota. En este caso no sabemos qué fue antes, si el huevo o la gallina, pero la importancia que tiene y el poder que ejerce sobre nuestra salud, comportamiento y toma de decisiones, en algunos casos incluso, es innegable.

Cada parte de nuestro cuerpo alberga un tipo de microorganismos diferentes. Están adaptados a esa parte concreta en la que se encuentran y a sus características e idiosincrasia. Por lo tanto, depende de su localización; piel, mucosas, tracto respiratorio, aparato genitourinario o sistema digestivo, podemos encontrar diferentes ecosistemas microbianos complejos y adaptados a las particularidades de ese espacio de residencia. Factores como; humedad, oxigeno, acidez, luz… , es lo que determina el tipo de microorganismo que podrán vivir y multiplicarse en esas zonas.

Función barrera y fabricación de sustancias antimicrobianas. Es decir, mantienen a raya a otros microorganismos patógenos, evitando que proliferen por encima de nuestras posibilidades saludables, y generen enfermedad.

Fermentan fibras y producen ácidos grasos de cadena corta; acetato, butirato y propionato, con grandes beneficios para la salud. Además también generan  otros metabolitos.

Estas sustancias afectan al crecimiento y  desarrollo de los enterocitos (células que recubren el epitelio del intestino delgado),  y colonocitos (células que recubren el intestino grueso).

Protegen y ayudan a desarrollar y mantener fuerte el epitelio intestinal, esa barrera mucosa que nos protege, y que actúa como un muro, impidiendo que toxinas y patógenos puedan entrar en nuestro torrente sanguíneo, provocando una respuesta por parte de nuestro sistema inmunitario.

Cuando esto sucede es lo que se denomina permeabilidad intestinal y parece que está detrás de muchas enfermedades; autoinmunes, intolerancias alimenticias, trastornos neurológicos y enfermedades neurodegenerativas.

Es la base del sistema inmunitario, se calcula que un 80% de los linfocitos (un tipo de glóbulos blancos que se encargan de defender nuestro organismo de infecciones ) se encuentran en el intestino.

Nos parece importante señalar, que una de las funciones más importantes que tiene la microbiota intestinal en nuestro organismo es; crear y entrenar a nuestro sistema inmune.

Las bacterias que constituyen la microbiota son bien acogidas, nuestro organismo no reacciona contra ellas, ni promueve ninguna reacción inflamatoria, ni desarrolla anticuerpos para atacarlas, de hecho las protege. Mientras, nuestra microbiota, contribuye a estructurar una apropiada respuesta inmune selectiva.